Por: Ada Santoyo
...Tocaron a la puerta, nuevamente se abrió, esta ocasión fue muy sutilmente, el Sr. Lee se disculpó y dijo “Fue un malentendido, todo está aclarado, puede entrar la señorita” No entendí a qué se refería, nuevamente todos quedamos en silencio, nuevamente cruzamos miradas de duda e interrogación, mi hija estaba en el umbral de la puerta, pero no iba sola... Suga mostró su sonrisa un tanto torcida, que todos conocemos, dejó caer su bolígrafo en la mesa y expresó en tono burlón “Lo sabía", todos lo miramos confundidos, el volvió a sonreír mirando a mi hija y soltó una carcajada...
¿Has escuchado que, cuando una persona está por morir, toda su vida pasa ante sus ojos? No te asustes, yo no estaba muriendo, pero al mirar a mi hija y a la persona que reconocí detrás de ella, busqué rápidamente en mi memoria, lo hice de una manera desesperada, esa gorra y esa chamarra... Estaba segura de haberlas visto en varias de las actividades públicas que eran parte de mi agenda. Mi mente trabajaba a mil por hora, buscando entre mis recuerdos algo que diese sentido a lo que veía, de pronto mi cerebro se detuvo en un recuerdo, una frase que escuché cuando me reuní con Suga. Abrí los ojos, mi rostro de sorpresa no podía ser más evidente, giré mi mirada hacia Yoon-gi, él simplemente sonrió y asintió con la cabeza. En ese momento ignoré la rápida mirada que intercambiaron Jimin y J-Hope.
Al voltear la mirada hacia mi hija, rápidamente desplacé la mirada por los chicos, fue algo inevitable: Jin, como el mayor del grupo, tenía una mirada seria, mezcla de duda y curiosidad. Nam se llevó la mano a la cabeza, podías ver la incertidumbre en su rostro. Jimin y J-Hope tenían una mirada de curiosidad, detecté cierta complicidad entre ellos, aunque no sabía la razón, Tae trataba de entender la situación, casi podías ver su cerebro trabajando a mil por hora, Jk tenía una mirada de inocencia casi infantil, parecía no saber que estaba sucediendo. Solo Suga estaba tranquilo, con una satisfacción y confianza en su rostro, parecía saber lo que yo ignoraba.
Sentía que la cabeza me estallaba, eran demasiadas emociones reunidas en un instante, no podía o no quería dar crédito a lo que mi cerebro gritaba. Miré a los ojos a mi hija y, en el conocimiento de que la intérprete de HYBE no hablaba español, usé este idioma (nuestro idioma natal) para comunicarnos. Si tú eres madre me entenderás, y si eres hija tal vez lo has vivido; me comporté como la típica madre que reprende a su hija, al sentirse “fuera de contexto” por desconocer la situación. Sin levantar la voz, para guardar las apariencias, le pregunté: ¿A qué se refería el Sr. Lee cuando mencionó que era un malentendido? Me autocontesté: Es porque no eres empleada de ellos, ¿verdad?
Mi hija bajó la mirada, (mala señal, me dijo una vocecita en mi cabeza) y con voz tímida me dijo "Lo siento Ma', pensaba decírtelo más adelante"
- ¿De qué diantres hablas? Contesté.
- No te enojes (cuando escuchas eso, sabes que debes enojarte y obvio, me enojé). Solo estábamos buscando el momento adecuado para platicar contigo y ...⁰
- ¿Estaban qué? (aún seguía yo sin creerlo ni entenderlo) ¿Tú y quién más? ¿Qué tienes que decirme? ¿Tienes secretos conmigo? Fui interrumpida, una voz masculina con un tono muy temeroso, y en un coreano bastante entendible, dijo:
-Mianhamnida, eomoni (Lo siento madre) . . .
Grave error de su parte, ahí sí levanté la voz un poco, le dirigí una mirada furiosa y le respondí:
- ¡Que eomoni, ni que nada! ¡Después hablaré contigo muchachito!... Lo dije en español, sin embargo, creo que no necesitó traductor porque me entendió perfectamente, debí sonar aterradora o muy enojada porque bajó la mirada y dio un paso atrás, soltando la mano de mi hija.
Hasta ese momento no me había percatado de que estaban tomados de la mano, miré a mi hija, con una mezcla de asombro, incredulidad y enojo. ¿Cuánta confianza había, que se tomaban de la mano? Ambas abrimos la boca, ninguna alcanzó a mencionar nada porque una carcajada al unísono estalló a nuestras espaldas. Guardamos silencio, todos giramos el rostro, buscando el origen de las risas: eran los chicos que, ni tardos ni perezosos, habían utilizado Papago, la App para traducir, y... ¡Habían seguido el hilo de la conversación! ¡Ups! ¡Qué vergüenza sentí!... ¡Eso es lo que había significado la mirada de complicidad entre Jimin y J-Hope!... Tanto mi hija como yo, nos pusimos coloradas, estábamos apenadas, nos inclinamos y pedimos disculpas por nuestra conducta.
Les solicité que continuáramos con el proceso (yo quería salir de ahí cuanto antes, estaba bastante apenada, en mi mente gritaba: ¡Trágame tierra!). Los chicos terminaron de firmar, y seguían lanzando miradas traviesas, (incluso Jk esbozaba una sonrisa de complicidad, todos ellos parecían divertidos, emocionados y un tanto curiosos). Terminamos la reunión sin más contratiempos, no me atreví a levantar la vista nuevamente, ni siquiera para ver a mi hija. ¡Estaba bastante apenada! (¡Y la tierra no me había tragado! ¡Que oso!). Ahí estaba yo, ante mis ídolos, y me había atrevido a hacer una escena, básicamente el ridículo, ¡jamás imaginé comportarme de esta manera ante ellos!
Al retirarme, nuevamente nos disculpamos por nuestra actitud, en ese momento miré de reojo al Sr. Lee y pude ver que se esforzaba por contener una sonrisa un tanto burlona. Todos ellos miraban con curiosidad al acompañante de mi hija, que nos esperaba en la entrada de la sala. Al dar la vuelta para retirarnos, Suga me reiteró que seguiríamos en contacto y, agregó "Es un buen chico, merece una oportunidad", me lo dijo en inglés, así que no requerí traducción. Le dirigí una sonrisa de agradecimiento, y me despedí de él y del resto de los miembros, reiterando nuevamente mis disculpas. Todos ellos nos despidieron con una sonrisa en los labios, y una mirada comprensiva, lo cual agradecí bastante.
Una vez fuera de la oficina, le indiqué a mi hija que lo comentaríamos en la cafetería del hotel, teníamos mucho de qué hablar. Obviamente, él nos acompañaría. Estuvo de acuerdo. Y él nos ofreció su auto, ya que nosotras habíamos llegado en taxi. Pese a mi incomodidad (debido a los recientes hechos), acepté. El recorrido fue en silencio, lo necesitábamos para calmarnos y pensar bien, reacomodar las ideas.
En mi cabeza trataba de armar el rompecabezas, de encontrar la pieza que faltaba y le diera sentido a lo que sucedía, recordaba perfectamente cuando lo conocimos, mi primera impresión fue que era una persona muy amable, respetuosa y responsable. Con el trato, me percaté de lo trabajador y talentoso que era él, me solicitó el apoyo de mi hija, como traductora y conocedora de la cultura latina, para crear un contexto para sus letras y música, deseaba incursionar en el mercado latino y mi hija sería de mucha ayuda para él. Yo accedí, ambas estábamos entusiasmadas con esa oportunidad que estaba recibiendo, solo vislumbramos aspectos positivos a esa relación “laboral", simultáneamente él le transmitiría a ella un mejor contexto de la cultura coreana, una perspectiva diferente dada su posición como artista. Por otro lado, esa colaboración le abría las puertas a mi hija, como intérprete traductora para varios artistas y productores, tanto latinos como coreanos. A la vez, le permitiría entablar nuevas amistades, derivadas de su relación laboral, ampliaría su círculo social. Definitivamente, era una excelente oportunidad y la debía aprovechar.
Todo parecía marchar sobre ruedas, se reunían continuamente de manera presencial y virtual, en ocasiones me habían invitado para que también yo aportara mi granito de arena a sus canciones, hay que decir que hacían buena mancuerna laboral, Se percibía un buen ambiente y la conversación fluía, siempre de manera respetuosa, entonces... ¿En qué momento había cambiado todo? Seguía dando vueltas a los recuerdos en mi mente, buscando el hilo negro, tratando de encontrar una explicación lógica.
Tan absorta estaba en mis pensamientos, que no me percaté de que él había estado enviando mensajes a “alguien", solo hasta que rompió el silencio con una expresión de alegría fue que me percaté de ello, en seguida envió un mensaje de voz, diciendo ”Thanks Bro” (gracias hermano). En ese momento reaccioné, me percaté de que estábamos estacionando en un restaurante, mencionó que ahí tendríamos mayor privacidad. Se colocó una mascarilla negra y lentes oscuros, bajó del auto y amablemente nos ayudó a bajar también (debo reconocer que es un caballero). Ya había una sala reservada para nosotros, nos guiaron de inmediato al lugar reservado, al abrirse la puerta de una sala privada no pude ocultar mi sorpresa: nos estaban esperando.
Eso es verdadera amistad, dije para mis adentros, nuestro anfitrión, Suga, sonrió amablemente y, dirigiéndose a su amigo, preguntó: ¿Todo bien? ¿Estás nervioso?
Yo sólo sonreí y miré simultáneamente a mi hija y a nuestro acompañante. Aún seguía sin dar crédito. Lo sé, a estas alturas debes tener curiosidad sobre el misterioso “acompañante de mi hija”, debes estar pensando: “ya fue mucho suspenso, dinos quien es”. Antes de seguir adelante, te pregunto: ¿Leíste el inicio de esta historia?, hablo de mi artículo anterior; si no lo has hecho, te sugiero que lo hagas, así te darás una idea. ¿Ya lo leíste?, bien, prosigamos.
Anteriormente había mencionado la reunión con Min Yoon-gi, en esa ocasión el asistió acompañado de uno de sus amigos, el también cantante, compositor y productor Yang Yi Jeong, mejor conocido por su nombre artístico (el cual le dio Suga). La finalidad era que mi hija colaborara con traducciones para sus letras. A raíz de ello, y gracias a la recomendación de nuestro “gatito” (como lo llama ARMY), se inició la relación laboral. Esto originó el acercamiento entre mi hija y el Capitxn, ambos son bastante creativos e inteligentes, y la colaboración fluyó fácilmente, mi intuición me indicaba que podrían ser amigos en un futuro, aunque mi intuición no siempre es acertada, como podrás darte cuenta.
Yo estaba más tranquila, le pregunté a Suga como lo habían tomado los chicos, si se habían molestado por mi reacción. Me comentó que se habían divertido, gracias a eso ya tenían material para bromear cuando se reunieran con el Capitxn en el futuro, no permitirían que olvidara esos momentos. Le dije que, pese a que Chimi es mi bias, me daban ganas de darle un buen jalón de orejas, y también al Solecito; su ocurrencia era tremenda y creo que es la razón por la cual son los eternos roomies. Coincidió en que son un par único y genial. Entonces me dirigí a mi hija y al Capi, les pedí que me explicaran lo que habían hablado con el Sr. Lee. Ellos me comentaron que habían exagerado un poco, si bien habían decidido darse la oportunidad de conocerse más e iniciar una relación, la verdad era que no sabían lo que depararía el futuro. Eran conscientes de las complicaciones de una relación a distancia, y las diferencias culturales, además él no podía hacer pública una relación, debido a su imagen como Idol. Me agradó saber que no estaban precipitándose, estaban pensando con la cabeza, lo cual no me extraño pues ambos son inteligentes.
La reunión continuó de manera amena, todos estábamos más tranquilos, aclaré que mi molestia se debió a la manera en que me enteré de su relación. Tenían a su favor la relación laboral que habían iniciado, ella había firmado un contrato de colaboración con el grupo productor que él había fundado, ello implicaría reuniones continuas. Pregunté a Suga cómo se dió cuenta de esa relación y él, delató a su amigo; comentó como Yi Jeong le sugirió que su presencia sería beneficiosa en nuestra reunión, y no paraba de hablar de las ventajas de tener una intérprete traductora latina, que estaba muy sumergida en las culturas orientales, y que además es ARMY. Desde un inicio, Yoon-gi percibió el particular interés de su amigo en mi hija, aunque se esforzaba por disimular (o eso pretendía), nos despedimos en buenos términos, y dejamos varias propuestas en borrador, estábamos iniciando una buena relación donde todos saldríamos beneficiados.
El resto de nuestra estancia en Corea transcurrió sin contratiempos, mi hija supo compaginar su vida personal con los compromisos adquiridos previamente. Tuvimos la oportunidad de visitar sitios emblemáticos para el fandom de BTS, di a conocer mi libro en numerosos espacios culturales y fuimos afortunadas al tener contacto con gran cantidad de mujeres que asistieron a mis conferencias y las enriquecieron con sus experiencias y anhelos. La cereza del pastel, sin duda, había sido la oportunidad de estar en contacto directo con los miembros de BTS, conocer de cerca y colaborar con los Chicos a Prueba de Balas, era definitivamente el más apreciado sueño de toda ARMY, y para nosotras se había convertido en realidad.
Al subirnos al avión, para regresar de nuestro viaje, estábamos infinitamente agradecidas por todas las hermosas experiencias y vivencias recibidas en ese pequeño, pero hermoso y cálido país en donde habíamos cumplido nuestros más anhelados sueños. Corea y su gente vivirán por siempre en nuestros corazones. Me dormí en el asiento del avión.
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Suena el despertador... Con cierta pereza estiro la mano para desactivarlo, al hacerlo, de reojo, veo en la mesilla de noche, a un lado del teléfono, perfectamente acomodados los boletos de avión, con destino a Corea...
La historia es original de la autora y se escribió exclusivamente para La Revista de Taehyung, derechos reservados. Se prohíbe la reproducción total o parcial de la obra sin autorización previa. Los nombres de los miembros y las marcas mencionadas pertenecen a sus propietarios.
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Comentarios
¡Muchas gracias por la 2a. parte, la disfruté mucho!
Celebro que la hayas disfrutado.
Ada, tu genialidad es maravillosa, eres grande muy grande 💜
Me alegra que te haya gustado, agradezco mucho tu comentario.